Las sirenas, verdades y mentiras.
Por lo del imaginario colectivo, y por aquello de
las leyendas míticas, queremos creer que las sirenas existen o han
existido en realidad. Pero por desgracia, creo que este tema tendrá que
seguir formando parte de esos sueños perpetuos de la humanidad. Todos
hemos he imaginado alguna vez a esas sirenas intentando engañar con sus
cantos a los argonautas de la Odisea y como no, puestos a imaginar, el
cine y la mitología se han encargado de que en esos sueños las sirenas
sean unos seres de una belleza descomunal.
Que salvan a los desvalidos marineros en el último momento para
depositarlos con suavidad en las arenas de alguna playa desierta.
Poco o casi nada conocemos de las profundidades
marinas, muchas especies quedan todavía por descubrir y la mayoría de
ellas posiblemente nos sorprendan por su morfología y sus
características, pero dudo mucho que aparezca algún día una bella Ariel
en las redes de algún barco pesquero. En general, estos animalitos de
las profundidades se pueden calificar de muchos modos, menos de bellezas
descomunales.
No se sabe muy bien cuando comenzó en mito de las
sirenas ni porqué, quizás en aquellos siglos en los que el miedo al mar y
las leyendas, se propagaban en los mesones ayudadas por las pintas de
cerveza negra entre rudos marineros, que no dudaban en asegurar haberlas
visto allende los mares, transformando sus paupérrimas travesías en
grandes aventuras, quizás para emular aquellos fantásticos viajes de los
cuentos épicos griegos. Los marineros de Colón aseguraban ver sirenas
allí donde solo había Manaties y el bestiario nórdico europeo, hacía lo
mismo con morsas y mantas marinas.
Hoy en día, la red y la propagación de ciertas
obras de artistas plásticos, no ayudan a eliminar el mito si no todo lo
contrario. En cientos de sitios se pueden encontrar las imágenes de
estos artistas asegurando rotundamente que son el descubrimiento del
siglo y que claro, si las sirenas existen, también deben de existir los
tritones y las hadas y toda la familia de seres mitológicos. Pero la
realidad es mucho más cruda que todo esto, y quizás empujada por nuestro
empeño nos regala una enfermedad, la sironomelia, para mostrarnos con
total crueldad como son las sirenas de verdad.
Os dejo una muestra de la obra de este genial
artista, Juan Cabana. Todas las creaciones están hechas con materiales
reales, piel, escamas y dientes de peces y animales. Tras las fotos os
dejo un poco más ampliado el tema de la sironomelia.
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